Juanjo Bosque

Juanjo posando con una de sus esculturas

Juan José Bosque Palacio, "El Artista de Monegros", Juanjo, como todo el mundo lo conocía, nació un 15 de enero de 1942 en la localidad de La Almolda, en plenos Monegros Zaragozanos. Huérfano de padre desde muy joven, nunca prestó demasiado entusiasmo por los estudios, pero desarrolló unas buenas habilidades manuales y artísticas. En los años 70, después de haberse dedicado un tiempo a la forja artística, (la que incluye fragua), en su pequeño taller de La Almolda, decide con Cristina, su mujer, trasladarse a Zaragoza capital con sus tres hijos. Los duros años 80 llevan a Juanjo a realizar todo tipo de ocupaciones por Zaragoza, pero su vida cambia al aprobar unas oposiciones para conserje y más aún cuando le asignan el Instituto Pablo Serrano de Las Fuentes, junto a sus compañeros Pepe, Lorenzo y Paulino. Llegó al Instituto justo para ayudar a descargar los primeros camiones con material escolar y pronto se integró con el resto de personal del centro, dirección, profesores, APA, limpiadoras … No tardó en solicitar a dirección poder “ocupar las garitas” que había al otro lado de las pistas, que habían servido como edificios auxiliares durante la reciente construcción del instituto.

Juanjo equipó una de las garitas con herramienta traída del taller de La Almolda, con yunque, máquina de soldar, compresor, taladro, radial … en fin de todo menos su añorada fragua. Eran otros tipos, ahora impensables, conserje de tarde y trabajos de fontanería y cerrajería de mañana, fines de semana y fiestas de guardar, todo dentro del IES Pablo Serrano. Con la ayuda de sus hijos empezó a realizar todo tipo de trabajos para el centro, rejas, mallas antivandálicas en cristales, armarios metálicos para equipos audiovisuales, cambio de cisternas y cerraduras, etc…, pero su llama artística permanecía encendida e iba realizando pequeños trabajos que se utilizaban como trofeos de las semanas culturales o detalles decorativos en el propio centro.

Poco a poco el tamaño de las obras artísticas iba creciendo y su salud mermando, pero nunca perdió la ilusión de realizar este tipo de actividades para su muy querido instituto Pablo Serrano, en el que ha dejado una pequeña huella que ahora todos podéis ver.

Juanjo fue afable, trabajador, sarcástico, exagerado … y lo más importante, amigo de sus amigos, buen padre, mejor marido y una persona a la que siempre se le tuvo en cuenta.